MÉXICO, D.F., agosto16 de 2013.- Bajo el lema “Conocer para incluir”, el
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social de Perú (Midis) afirmó que su
política social presenta una similitud con los programas de México y Brasil, en
los que se ha basado para enfrentar el flagelo de la pobreza, por lo que es
importante compartir los casos de éxito y las experiencias tenidas en cada una
de esas naciones.
Entre otros aspectos, destacan las
transferencias económicas condicionadas y temporales “ya que se busca que los
beneficiarios egresen de los programas sociales”, explicó Úrsula Milagros
Martínez, directora de Evaluación de Programas Sociales del Midis, durante la
reunión que sostuvo con funcionarios de la Subsecretaría de Prospectiva,
Planeación y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Otros programas semejantes son: Juntos,
equivalente a Oportunidades; Cuna +, basado en el de Estancias Infantiles,
y Pensión 65, transferencias monetarias
dirigidas a los adultos mayores.
Acompañada por Daniel Alberto Anavitarte,
especialista de la Unidad Central de Focalización, de la misma dependencia, la
comitiva peruana sostuvo un intercambio de experiencias, con sus homólogos
mexicanos, sobre su modelo de inclusión social.
El Midis, organismo del Poder Ejecutivo
del Perú, tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de la población en
situación de vulnerabilidad y pobreza, y su política social es similar al
proyecto del presidente Enrique Peña Nieto en aspectos como el combate a la
pobreza y pobreza extrema, ya que ambos modelos muestran un enfoque productivo para
que la población en pobreza pueda desarrollar su capacidad productiva.
El patrón peruano presenta tres fases:
el alivio temporal de la pobreza extrema, a través de transferencias
monetarias, dotación de vivienda, abrigo y alimentación, así como apoyo a las
personas de la tercera edad; el desarrollo de capacidades a través del impulso
al trabajo, innovación, gestión y organización, así como acceso a servicios
básicos de infraestructura e inclusión financiera, para incrementar el número
de hogares con acceso a electricidad, agua, drenaje y telefonía, además de ser
generadores de un ingreso autónomo, y la provisión de oportunidades para la
siguiente generación, rompiendo el ciclo intergeneracional de la pobreza, por
medio de salud básica, nutrición y educación primaria.
En este último aspecto, se busca
disminuir la desnutrición crónica en menores de cinco años, de acuerdo a las
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS); reducir la inasistencia
de niños de entre 3 y 5 años de edad a la Educación Básica Regular, y la población
objetivo es la rural, que presenta desventajas por etnicidad, bajo nivel
educativo y quantil bajo de pobreza.
Los funcionarios peruanos presentaron,
asimismo, el Programa Nacional de Alimentación Escolar denominado “Qali Warma”,
que tiene como propósito brindar un servicio alimentario de calidad a los
infantes del nivel de educación inicial, a partir del tercer año de vida, así
como a los de educación primaria en instituciones públicas, con énfasis en las
zonas en situación de pobreza y pobreza
extrema.
Para ello, mencionaron la campaña “Adopta
una cocina escolar” que, en coordinación con el Ministerio de Educación, implementa
y equipa cocinas bajo estándares de calidad en las instituciones educativas del
ámbito de intervención de Qali Warma, con la colaboración solidaria de la
sociedad.
Por otra parte, se dio a conocer que la dependencia gubernamental elaboró
un Registro Nacional de Usuarios de Programas Sociales, que publica a sus
beneficiarios, toda vez que se pretende que “la transparencia sea el pilar de
nuestra reforma, además de permitir priorizar los programas sociales en cada
comunidad”, dijo Daniel Alberto Anavitarte.
A la reunión también asistieron Irving
Jaime Lizárraga, consejero de la Embajada del Perú, y Blanca Lilia García,
directora general adjunta de Relaciones Internacionales de la Sedesol.
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