miércoles, 5 de marzo de 2014

EL G-20 PROPONE CÓMO RESOLVER EL PROBLEMA DE LENTO CRECIMIENTO EN LA ECONÓMÍA MUNDIAL



 Jesús Alberto Cano Velez

        Los ministros de finanzas y gobernadores de Bancos Centrales del G-20, grupo creado años atrás por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, para monitorear y proponer soluciones a problemas económicos globales que afecten a sus 181 países miembros, sesionaron la semana pasada en Australia para analizar la problemática económica mundial y determinar acciones conjuntas.
En esa primera sesión del año -22 y 23 de febrero- los líderes de los veinte países llegaron al acuerdo histórico de resolver tres problemas que están afectando a muchos de sus miembros, que son: la baja sostenibilidad fiscal, la inestabilidad financiera que se está viviendo y la necesidad de que se eleve la tasa de crecimiento en cada una de las economías, las cuales concentran el 90% del producto interno bruto (PIB) mundial.
Los ministros y gobernadores participantes acordaron desarrollar una agenda ambiciosa con el propósito de elevar en 0.5 puntos porcentuales el PIB mundial, en promedio anual, hasta 2018, lo que significaría añadir a la economía mundial más de dos mil millones de dólares en términos reales y generar un número muy significativo de empleos en los países.
México es miembro del G-20 y activo participante en sus deliberaciones. El año antepasado dicho grupo sesionó en nuestro país, por tercera ocasión bajo  presidencia mexicana. También tomó medidas estructurales en 2013, promovidas por la Administración Peña Nieto, para propiciar competencia, generar empleos e innovación, mejorar la educación, desarrollar infraestructura, y generar ingresos públicos para ofrecer servicios básicos a la población, que nos llevarán a sobrepasar la meta mundial  establecida.
También participan en el G-20, y asumieron los compromisos, además de las diez principales economías desarrolladas, tres países africanos, tres asiáticos, México y dos más latinoamericanos, y Suiza.
Se había hecho evidente en todo el mundo que las perspectivas de crecimiento económico eran decepcionantes por los niveles de inversión y de comercio internacional por debajo de los alcanzados antes de la recesión mundial que inició en 2008.
“A la situación de que los motores de crecimiento aún no marchan al cien por ciento, se deben añadir los legados de la crisis, en términos de altos niveles de desempleo y endeudamiento, particularmente en las economías avanzadas, como las europeas, con sus altos niveles de desigualdad en todos los países del G-20,  un panorama nada alentador”, declaró Gabriela Ramos Sherpa, jefa de gabinete de la OCDE, que preside el mexicano José Ángel Gurría.
Expuso que la discusión de las metas también se dio en el momento en que se estaba normalizando la política monetaria en Estados Unidos, por el peligro del impacto de inestabilidad en los países en desarrollo.
“Ha habido descontento en varios de los países emergentes afectados –dijo,  por el llamado “tapering” (en Brasil, Turquía, India e Indonesia) dado que la reducción de compra de bonos por el Banco Central de Reserva de EE. UU., para inyectar liquidez en su economía, ocasionó inestabilidad y salidas de capital importantes de dichos países en desarrollo.”
“Un segundo resultado de gran importancia de la reciente cumbre del G-20, fue la adopción del estándar sobre el intercambio automático de información fiscal, elaborado y promovido por la OCDE y del llamado del grupo para que éste sea adoptado por todos los centros financieros internacionales”, continuó.
Ese Foro Global que la OCDE propicia, llevará a la correcta instrumentación de los lineamientos para el intercambio de información fiscal de calidad, alineando a todos los países a presentar los niveles más exigentes de información fiscal, y de manera global, insistió la vocera de la OCDE.
Por otra parte, no deja de preocuparnos por los posibles efectos que podrán tener las acciones del Banco Central de Reservas de los EE. UU., con el proyecto de la nueva gobernadora, la Dra. Janet Yellen, de seguir reduciendo el nivel de liquidez, que ya inició de su economía, por las consecuencias que podrá tener fuera de sus fronteras.


(*) Presidente del Colegio Nacional de Economistas,
 Federación de Colegios de Económistas, A.C.

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