Por Marco A. Velderrain Jordán
NAVOJOA, Sonora, julio 16 de 2012.- Compadre: me dijo
el “cara de veinte” que quería hacerte algunos comentarios acerca de política,
pero le aclaré – continuó provocándome –
que a ti no te gusta hablar de eso y menos ahora que parece que los resultados
no te dejaron muy conforme.
Espérate tantito
– le marqué el alto – si no me gusta hablar de política y de religión es por el
respeto que tengo a las diferentes formas de pensar y al derecho y obligación
de todos, de buscar el beneficio social de acuerdo a nuestras convicciones.
Es más, le pido
permiso a René Descartes, para afirmar que en política no hay nada distribuido
mas democrática y equitativamente que la “razón”: todo mundo está convencido de
tener suficiente ¡hasta para regalar!
Pero no me
negaras compadre –insistió- en que hay muchas denuncias de presiones y amenazas
que condicionaron el voto al temor y la necesidad.
Mejor que tratar
de convencernos unos a otros - le pedí- te propongo que esperemos a que las instancias legales a la que los
candidatos tienen derecho digan la última palabra.
Tienes razón – me
dijo – es más……de lo que quiero preguntarte es de política internacional y está
advertido de no meterse con las elecciones.
Lo que pasa es
que el “cara de veinte” y tu servidor estamos ofendidos porque recientemente
salió la noticia de que el gobierno de Austria está dispuesto a prestarnos el Penacho
de Moctezuma durante un tiempo para que tengamos oportunidad de admirarlo en
nuestro país.
Y eso nos ofende porque
independientemente de la forma como haya salido de aquí o llegado al museo
austriaco, el Penacho es una pieza arqueológica prehispánica que de acuerdo a
nuestras leyes pertenece a México.
No sé cómo le
haces compadre – lo interrumpí – pero siempre “parece” que tienes razón.
Efectivamente yo
también leí la noticia de la intención del gobierno de Austria de “prestarnos” nuestro
Penacho, a cambio de que les prestemos la carroza de oro de Maximiliano que se
exhibe en Chapultepec.
Y claro que estoy
de acuerdo con ustedes y con el investigador emérito del INAH Eduardo Matos Moctezuma,
que afirma que sería un mal precedente que aceptáramos en “préstamo”, esa joya arqueológica
porque sería tanto como reconocer la propiedad austriaca.
El penacho es una
joya histórica irrepetible de poco más de un metro de diámetro compuesta por un
aro de oro puro, adornado con plumas de quetzal y otras aves desaparecidas
desde el siglo XV, por lo que es irremplazable.
Y quiero que
sepas que no solo tú y el cara de veinte están interesados en este asunto, sino
que la UNESCO ha emitido varias recomendaciones para que los museos europeos
devuelvan a sus países de origen los tesoros culturales; como patrimonio histórico
nacional.
Debes estar
enterado, que uno de los tesoros más
fabulosos que nos fueron robados y que puede ser un antecedente legal es el “códice
tonalamatl”.
El códice;
elaborado en papel amate (papel artesanal extraído de la corteza de los
arboles) que se utilizaba en Mesoamérica, es un libro mágico utilizado solo por
los sacerdotes en el que está registrado el calendario lunar azteca.
El nombre
“tonalamatl” significa “el papel de los días” y permitía a los sacerdotes relacionar la astrología
con las decisiones de los gobernantes.
Y aunque te
parezca increíble este códice permanecía en poder de la biblioteca nacional
de Francia, hasta que en 1982 el abogado
mexicano José Luis Castañeda lo sustrae envuelto en un sarape y lo devuelve a México.
La INTERPOL lo
detuvo acusándolo de robo, pero José López
Portillo lo liberó por “restituir el patrimonio cultural” a México.
Claro que los
franceses se hicieron los ofendidos y tuvimos que firmar un convenio diplomático
para que nuestro códice permanezca con nosotros como “préstamo renovable” en
lugar de reconocer nuestra propiedad.
¡Tienes razón
compadre!…..dile al cara de veinte que cuenta con mi apoyo y vamos a ayudar a
que México recupere y conserve el penacho de Moctezuma…… porque es de nuestra
propiedad.
Es cuánto.
MARVEL547@HOTMAIL.COM
No hay comentarios:
Publicar un comentario