El doctor José Ricardo Montes Aguilar, jefe del Servicio de Atención Neonatal Inmediata del nosocomio, explicó que esta clasificación, según la Organización Mundial de la Salud, la reciben niños cuyo peso al nacer es mayor a los cuatro kilogramos.
Esta condición representa un riesgo tanto para la salud del bebé como de la madre de familia, pues dificulta el parto y es factor de riesgo para que se presenten enfermedades durante y después del embarazo.
Además, los recién nacidos macrosómicos tienen más posibilidades de presentar fractura en la clavícula y enfermedades metabólicas, así como desarrollar obesidad durante su infancia y etapa adulta.
“Nos va a condicionar problemas al nacimiento, no en todos los casos, pero sí incrementan los riesgos, por ejemplo que haya dificultades para la expulsión del bebé”, comentó el especialista.
Esta situación puede deberse a diferentes factores como a malos hábitos alimenticios que tuvo la madre durante el embarazo, o a que ésta padezca enfermedades como diabetes mellitus preexistente mal controlado o diabetes gestacional.
Para evitar esta condición es necesario que la madre lleve un buen control prenatal, es decir, que acuda al menos a cinco citas espaciadas con el médico para que el especialista haga las indicaciones sobre su dieta y otros cuidados que debe llevar durante el embarazo.
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