ESO NO ES CAPITALISMO SEÑORES I
Tremenda
polvareda ha levantado quien el niño prodigio del liberalismo, Axel Kaiser,
llama el nuevo Marx y mi amigo tiene toda la razón. El economista francés
Thomas Piketty, con la reciente publicación de su libro, El Capital en el Siglo
XXI, ha mantenido a la izquierda mundial en un estado de orgasmo intelectual
ante sus pronunciamientos. Conservadores y liberales se alarman ante el
fenómeno y sin entenderlo bien se preguntan. Si la propuesta socialistoide de
Piketty está ya comprobado no funciona. Si el capitalismo ha fallado
produciendo crisis como la de EEUU en años recientes, las concentraciones de
extrema riqueza y pobreza ¿Qué nos queda? Y casi evocando al Chapulín Colorado
se preguntan ¿Quién podrá ayudarnos?
Sin embargo, a pesar de estar ya inmersos en
la era de la información, jamás había yo atestiguado tanta gente desinformada,
despistada, confundida y, lo más grave, tan dogmática en cuanto a la afirmación
de sus ideas deformadas. En este Tercer milenio el deporte favorito de
los intelectuales, políticos, periodistas, empresarios, profesionales, líderes
etc, es el arremeter en contra del capitalismo, como ellos lo entienden. La
receta favorita de tales filósofos, encontrar una “tercera avenida” y en cada
esquina nos encontramos al nuevo Keynes inventando la nueva poción del
salvamento. Ahora Piketty les llega su ansiada salvación.
Anoche tuve la oportunidad de disfrutar un
programa de TV de ese gran liberal, John Stossel, en relación a este
controversial tema. Es la primera vez que tengo la oportunidad de ver la luz
ante las agresiones dementes que han cobrado forma los últimos años. En primer
lugar, Stossel, refiriéndose al problema de la socialización de los servicios
de salud alrededor del mundo, hace una afirmación por demás sabia: “el
capitalismo original ya no existe,” es un término inventado por los filósofos
de banqueta enemigos del verdadero “capitalismo.” Entonces, ¿contra qué
arremeten nuestros intelectuales? ¿Contra algo que no existe?, ¿contra algo
imaginario? Porque ellos nunca definen al enemigo, solo arremeten contra ese
ser imaginario y maligno que en otras ocasiones llaman; “neoliberalismo.”
Ante las alabanzas al sistema socializado de
salud en Canadá, Stossel nos muestra cómo los canadienses tienen que esperar
hasta seis meses para un servicio médico de urgencia. El problema es tal, que
ha nacido una industria de pacientes construyendo puentes hacia el servicio
médico privado de los EU. “El gobierno por tradición es inepto porque no tiene
competencia,” afirma Stossel.
Lo que nuestros amigos intelectuales llaman
erróneamente capitalismo, es lo que Adam Smith conoció como Monarquía o
feudalismo, es decir, el Rey, sus señores feudales repartiéndose la riqueza,
las propiedades, los negocios, las concesiones, los territorios de las
colonias. Cerrando los mercados a la competencia para que los señores feudales
puedan seguir exprimiendo a los “súbditos” con sus monopolios, oligopolios etc,
es la economía de la edad media o de la época colonial en la Nueva España
afinada con computadoras, jets ejecutivos, guardaespaldas y apartamentos en
Park Av. en Nueva York. Eso sí, una gran retórica de su amor por los mercados y
el combate a la pobreza.
“EL emergencia del Liberalismo, de la mano
con el verdadero capitalismo, en el siglo XVII fue una reacción en contra de
los monarcas y los aristócratas que vivían del trabajo productivo del pueblo.”
D. BOAZ
Lo que los señores intelectuales identifican
como las agresiones globales de su versión de capitalismo, es solo un sistema
controlado e intervenido al que Mises bautizó como intervencionismo. Es el
sistema en el cual por años el Estado ha definido quienes son ganadores y
perdedores, los premiados, los desposeídos. Son los mercados aprisionados en el
mismo traje por muchos años, ahora el chico (el mercado) ha crecido, ya no le
queda el traje, lo está rompiendo por todos los ángulos. Son los mercados
calificando el capitalismo CRONY de Japón, el capitalismo familiar y corrupto
de Argentina, el capitalismo gansteril de Rusia, el capitalismo tropical y
corrupto de toda América Latina, el capitalismo del narcotráfico en Sudamérica,
el capitalismo mexicano de Slim.
Los intelectuales claman el “capitalismo” es
cruel pues sólo toma en cuenta aspectos materiales. Bueno, yo no sé de su
capitalismo, pero el verdadero capitalismo es una rama de la ciencia económica
que simplemente trata de resolver necesidades materiales crecientes con
recursos muy escasos, en un ambiente de libertad. Es todo, no se trata de
moralizar a la sociedad, para eso tenemos la religión, la economía en si es
material, debe de ser material, es la satisfacción de necesidades materiales,
no espirituales ni morales.
El capitalismo via Liberalismo es una
doctrina orientada hacia la conducta del hombre en este mundo, en el mundo
material. No promete la felicidad, solo promete la satisfacción mas completa de
sus necesidades materiales. Los mercados en un ambiente de libertad, no hay
duda, ofrecen oportunidades para todos y en una economía competitiva,
satisfactores mejores, más abundantes y a los mejores precios para las
necesidades materiales del ser humano. El liberalismo no consuela al triste, ni
divierte al aburrido.
En este ambiente de libertad y
“responsabilidad,” el ser humano debe conducirse de acuerdo a sus principios,
valores, costumbres, su ética, sus creencias religiosas que deben de estar
implícitas en sus iglesias, templos o sinagogas, pero, sobre todo, con lo que
hemos aprendido en nuestros hogares. El Estado y la ciencia económica no tienen
ningún campo en la formación moral de las sociedades. El ser humano se comporta
en los mercados y en sociedad de acuerdo a sus valores morales y éticos ya
incrustados en su interior. El mercado no moraliza ni corrompe al ser humano
cuando el corazón está ya corrupto. El hombre debe ser responsable de sus
corrupciones internas que construyen su exterior. El mercado no hace juicios
morales, son los participantes en los mercados los que deben de aplicar esos
principios.
La economía austriaca define la Praxeología
como el ofrecer al mundo el conocimiento y la información de las
“consecuencias” de los diferentes tipos de acción humana. El orden, la armonía,
la eficiencia de los mercados libres y voluntarios. El desorden, el conflicto,
la ineficiencia de la coerción e intervencionismo de los gobiernos. La
Praxeología solo nos informa cómo los principios voluntarios de los mercados
libres nos llevan hacia la libertad, prosperidad, armonía, eficiencia y orden;
mientras que la coerción y la intervención gubernamental nos llevan al
conflicto, explotación del hombre por el hombre, ineficiencia, pobreza, y caos.
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@elchero
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