Miguelito Ramírez |
Pequeño crío de una pareja propietaria
de un puesto de artesanías quien cual si fuera embajador de la amistad platica
con el recién llegado, mientras sus padres trabajan
Juan Vidal Castillo
ÁLAMOS, Sonora, julio 26 de 2013.- La plaza de armas de Álamos es uno de los
lugares más concurridos por turistas y residentes.
Propietarios
de establecimientos de venta de artesanías y antojitos aseguran que su economía
la mueve el turismo que en especial llega durante el día, ya que durante la
noche la afluencia es mucho menor.
El movimiento
turístico que registra esta importante zona del centro histórico tiene que ver
con la propuesta cultural, religiosa y arquitectónica que posee ya que su
iglesia, su plaza y casonas guardan sigilosamente historias y diseños
arquitectónicos que gustan a cuantos visitan este pueblo mágico.
Además la
ciudad está rodeada de puntos ya reverdecidos por la lluvia cargados de relax y
bajo un entorno natural, propio de esta región lo que convierte a esta zona, en
el sitio adecuado para disfrutar en familia a cualquier hora, en especial
cuando llueve.
Uno de los
atractivos es Miguelito Ramirez, pequeño crío de una pareja propietaria de un
puesto de artesanías quien cual si fuera embajador de la amistad, aprovecha
para platicar con el recién llegado de sus andanzas o vivencias infantiles
mientras sus padres trabajan. Es común verlo de sol a sol que es lo que dura la
jornada laboral de su familia.
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