Raúl Campoy Robles |
+ A 100 años del Titanic
+ El político mexicano
Por Raúl Campoy Robles
Navojoa, Sonora, 14 Abril 2012.- El pasado 14 de abril se conmemoró un Siglo del hundimiento del crucero Titanic, el coloso que chocó contra un iceberg en el mar al sur de Terranova en su viaje inaugural desde el puerto británico de Southampton hacia nueva York.
El desastre está poblado de historias y leyendas fascinantes que, por su naturaleza y al menos hipotéticamente sigue siendo insumergible en el cine, la televisión, las librerías y los medios de comunicación en general que, en la víspera del centenario del evento han sacado a relucir nuevas versiones.
Si bien, pocos desastres despiertan tanta atención en esta época el trasatlántico tiene todas las características de una sociedad demasiado segura de sí misma, pero que si no asume sus roles con responsabilidad podría ir rumbo hacia un violento choque en el sentido económico, social, cultural y político.
Para muestra un botón, en el proceso electoral actual en México los partidos políticos con mayor representatividad como son el PRI y el PAN han dado indicios de que se rasgarán las vestiduras en busca de la mayor cantidad de votos. En Navojoa, los panistas hicieron un exhorto público a los priistas para realizarse exámenes antidoping con el propósito de demostrar honestidad ante el electorado y la sociedad en general. Al momento de redactar este espacio el sábado anterior no se registraban reacciones de los priistas.
Sin duda un evento sin precedentes en la historia política navojoense pero que aunado a otros eventos inherentes a la contienda política, podría llevar a la sociedad al hartazgo y evidenciarlo con un marcado abstencionismo el día de las elecciones. Aunado a lo anterior, la imagen deteriorada que va marcando a los políticos en su carrera. Un cambio de estrategia se hace necesario para evitar la degradación, por el contrario, se requieren de propuestas viables y sostenibles para llevar a Navojoa y el sur de Sonora por rumbo seguro; al fin es lo que se persigue.
Respecto al Titanic, la historia que por sí sola llama la atención es la que refiere al político mexicano Manuel Uruchurtu, quien sacrificó su vida para salvar a una mujer con su hijo en brazos. Se trata Elizabeth Ramell quien viajó a Hermosillo, Sonora, para contar a la familia del diputado mexicano las circunstancias de su deceso en el Titanic. Esto ocurrió 12 años después del hundimiento del trasatlántico, según reveló a los medios de comunicación Antonio Uruchurtu, sobrino nieto del valiente político. Explicó que la historia del particular caso había permanecido prácticamente en el anonimato y más bien solo se recordaba entre familia, pero nada más.
Manuel era pasajero de primera clase y por su posición privilegiada fue uno de los primeros en abordar un bote salvavidas aquella fatídica noche.
No obstante, los guardias del coloso le impidieron a la mujer subir a la pequeña embarcación, el legislador le cedió su lugar con la condición que buscara a su familia y les contara cómo había muerto. Pareciera una vacilada pero al menos es lo que ahora cuenta públicamente el familiar del político que hizo gala de caballerosidad y hombría.
Y subraya que la breve historia, como muchas que sucedieron hace un siglo a bordo del mal logrado Titanic, sirve para rescatar valores humanos como la valentía, el respeto a la mujer y la lealtad, que en aquella época estaban por encima de la vida misma del hombre; valores que se han perdido gradualmente y que son necesarios para una sociedad más equilibrada. Amable lector, ¿Usted qué opina?
Por su atención gracias.
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