miércoles, 24 de noviembre de 2010

PENSANDOLO BIEN

La revolución que devoró su propia historia.

“La patria tiene que ser la dignidad arriba y el regocijo abajo”
Gral. Aparicio Saravia, caudillo rural uruguayo.
_ ¡Siéntese mi General! _ Le dijo El Centauro del Norte a Emiliano Zapata señalando la silla presidencial.
_ ¡No mi General Villa! _ Esta silla está embrujada, se sienta en ella un hombre bueno y se levanta un hombre malo.
La fundación del partido oficial, en 1929, trastocó el sentido original de la revolución mexicana. Creó un sistema político antidemocrático, un aparato experto en fraude electoral, autoritario, impune y corrupto, sin un proyecto de nación a largo plazo que rebasara la efímera temporalidad de los sexenios, con un manejo perfecto del lenguaje de la simulación y sobre todo manipulador de la historia.
A los cuatro vientos anunció que su origen y su justificación se encontraban exclusivamente en la lucha contra Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, pero negó a todas luces que su nacimiento también se hallaba en la purga revolucionaria realizada por sus propios hombres entre 1919 y 1929.
En la más pura expresión de canibalismo revolucionario, se puede ver a Victoriano Huerta ordenando el asesinato del presidente Francisco I. Madero y de su vice presidente José Ma. Pino Suárez; a Venustiano Carranza ordenar el fusilamiento de Felipe Ángeles y aprobando el asesinato de Emiliano Zapata; a Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles eliminando al presidente Carranza; a los mismos sonorenses dar muerte a Francisco Villa; a Calles disfrutar del poder absoluto después de la eliminación del manco y a Lázaro Cárdenas, expulsando del país al jefe del maximato.
Junto a estos personajes, la vieja guardia de la revolución _ Lucio Blanco, Manuel M. Diéguez, Francisco R. Murguía, Rafael Buelna y Benjamín Hill, entre otros _ desapareció a manos de los sonorenses.
Muchos de estos hombres se habían levantado en armas desde la época del maderismo, creyendo en sus principios políticos y sociales.
Y lo que son las cosas en el sistema político mexicano: A partir de 1938 los restos de Madero, Carranza, Villa, Calles y Cárdenas están, como si fueran uno, en el monumento a la Revolución.
¡Como se revolcarán en sus tumbas!
Y cuánta razón encierran las palabras del filósofo alemán Karl Marx quien nos dijera: “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra”
Y tal pareciera que esta sentencia se aplica perfectamente en México, porque otro gallo nos cantara si en verdad viéramos a los tres poderes del gobierno, unidos, esforzados, aplicados en sacar adelantes las reformas estructurales que necesita el país, al margen de las facciones o partidos que los postularon.
Y me suscribo  totalmente de acuerdo con la lectora de esta columna que me plantea la siguiente reflexión: Si en verdad los funcionarios municipales aman a Navojoa, ¿Por qué no prestan sus servicios de manera gratuita, por el salario mínimo pues, por lo que ganaban en su empleo anterior?
Interesante propuesta, haber a cuantos les sigue fluyendo ese amor por su terruño.
Y a propósito de enchiladas: ¿Cuándo conoceremos de manera pública y transparente la nómina y sueldos de los funcionarios municipales?
Al menos yo hago la atenta y respetuosa petición pública.
Buen día.

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