por los desacuerdos entre
los paises
insdutriales.
Las persistentes diferencias entre los jefes de Estado y de gobierno en
Europa y los líderes de los partidos políticos en Estados Unidos no auguran
bien para la economía mundial, que se ve amenazada por la recesión europea que
continúa y el “precipicio fiscal” que cierne sobre Estados Unidos por
diferencias entre los dos principales partidos políticos.
La semana pasada sesionaron los europeos para negociar, una vez más, el
presupuesto plurianual de la Unión Europea para el periodo 2014-2020, que
presentará el Consejo Europeo (CE). En noviembre pasado fue rechazada su
propuesta, de manera que continuaron las reuniones bilaterales en busca de
consensos.
El presidente del CE, Herman Van Rompuy, tenía la idea de proponer
un presupuesto de 958 mil millones de euros, o sea, un recorte de 95 mil
millones de euros sobre el plan inicial de la Comisión Europea y de 15 mil
millones sobre la última propuesta de noviembre pasado.
Pero algunos países aportadores netos como Reino Unido y Alemania quieren
rebajar todavía más esa cantidad hasta una cifra más cercana a los 945 mil
millones. De manera que todo apunta a que las negociaciones estarán en algún
punto cercano entre esa cifra y la anterior.
Todo eso tiene que ver con la necesidad, ahora acordada entre todos, de que
para garantizar la supervivencia del euro como moneda común tienen que entrar a
acordar el tema fiscal, que no se había integrado anteriormente y que causó
serias dificultades entre esos países.
Y el problema ahora es que las medidas propuestas por Alemania de propiciar
equilibrios en las finanzas públicas de los países han tendido a fortalecer al
euro quizás en exceso, dañando los objetivos de exportación de algunos países
de la comunidad europea.
Podemos apreciar, pues, que como cualquier país que tiene que modular sus
políticas fiscal, monetaria y otras para propiciar los resultados deseables en
los precios, actividad económica y las cuentas externas, la decisión ahora está
siendo sujeta a una negociación entre un número importante de países, en la que
cada uno busca con esas políticas fortalecer su economía, empleo y sus cuentas
externas.
Alemania, por ejemplo, ha insistido en que “reine la planificación, que
sean rigurosos con el dinero y a la vez solidarios entre los pagadores netos y
países receptores”. Luego Francia, por su parte, “no apoyará presupuestos que
no tengan en cuenta el crecimiento y la solidaridad. Está consciente de que hay
que ahorrar, pero no hay que
debilitar la economía”.
debilitar la economía”.
Pero el primer ministro inglés dice que “no habrá acuerdo a menos que haya
nuevos recortes sobre la última propuesta del presidente del Consejo Europeo en
la cumbre del pasado mes de noviembre”. Y el italiano quiere un acuerdo en que
se logren dos características fundamentales: “ser coherente con la prioridad de
dedicar el gasto al crecimiento y que el presupuesto sea justo en la
distribución entre
los países”.
los países”.
Mientras tanto, nuestro gobernador del Banco de México, Agustín Carstens,
teme que se esté formando una “tormenta perfecta” por la inyección de liquidez
financiera a los mercados, de parte de los bancos centrales de los países
industrializados, misma que se esté concentrando en las economías de los que
están en desarrollo, por los bajos rendimientos en sus países sede.
Esperemos el desenlace, pero estemos también listos, de ser el caso, para
tomar medidas en la dirección que mejor convenga a México.
Fe de erratas
En la columna anterior se escribió: “El senador Manlio Fabio Beltrones”,
cuando debió escribirse: “El diputado Manlio Fabio Beltrones”.
Disculpas a nuestros lectores.
Presidente Nacional del Colegio
Nacional de Economistas*
Nacional de Economistas*
Jesús Alberto Cano Vélez (*)
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